jueves, 27 de febrero de 2014

#Estreno - Black Sails, una de piratas

Uno de los carteles de Black Sails (imagen de Starz)
Hace unos días me repetía a mi mismo que no iba a ponerme a ver una serie de piratas... y menos después de ver la promo de aquella serie de Telecinco en la que salía Pilar Rubio y de cuyo nombre me gustaría olvidarme, pero no. Quiero ser cuidadoso con lo que elijo porque hay semanas en las que no doy abasto a ver series. La verdad es que a lo largo del año se compensaría, pero no todas las temáticas le atraen a uno por igual y esta, no era diferente. Pero claro, entre el All Stars, la Superbowl y la madre que los parió a todos, estamos en el maldito parón de febrero y necesitaba carne. Le di una oportunidad y no me defraudó.




Black Sails tiene todos los ingredientes de una serie de éxito contemporánea. Sangre, sexo, un poco más de sangre y lenguaje inadecuado. ¿Por qué nos gusta tanto eso? Se ha puesto de moda en los canales de pago, que tienen que competir con todas sus armas para que el amo de casa pague la suscripción. ¿Qué mejor opción que series rudas cuando ya todos tienen películas y deporte? Pero no os equivoquéis, no me he quedado con Black Sails por el sexo y la sangre. De eso ya tengo suficiente con Banshee. Me he quedado con ellos porque es una serie muy bien ejecutada.
  • El guión: Cuidado, bien articulado y sin puntos ciegos. No hablan como poligoneros, sino como piratas -y no piratas- del siglo XVIII. La historia te atrapa sin pantomimas, con una trama clara que se desarrolla con diligencia. Los misterios, se resuelven en dos o tres capítulos y no te deja con la sensación de engaño que hacen otras series como en su día Lost.
  • Los personajes: Bien descritos, pero sobre todo bien interpretados. Cuando el grueso del plantel está formado por actores británicos curtidos en el teatro, no puedes encontrarte con un mal producto. Puede que este sea el mayor acierto de la serie.
  • La ambientación: Se lo han montado muy bien. Los barcos son como deben ser, las casas de putas también. Llevan la ropa adecuada y escriben con la letra que tienen que escribir. No hay chapuzas, ni fantasmadas. «Nunca he disparado a nadie» dice el contable antes de un abordaje. «Tranquilo, primero tienen que disparar el mosquete» le contesta el contramaestre. Y, en efecto la mitad de las veces la pólvora está mojada y no sale más que un chispazo. No hay nada que me molestara más de las películas de «tiros» que nos cargadores interminables. Aquí, no pasan esas cosas.
Os dejo un video sobre el barco... No voy a darle nota hasta que no acabe la temporada, pero por ahora la recomiendo.


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